A pesar de los mitos y de la desinformación, la utilización de lentes de contacto sigue siendo una forma segura y eficaz de corregir la visión.

Antes de ponerse o quitarse las lentes de contacto, es recomendable lavarse las manos minuciosamente con agua y jabón, secándolas después a mano con toallas de papel no utilizadas anteriormente.

Tire las lentes desechables de uso diario cada noche, o desinfecte regularmente las lentillas de uso mensual o quincenal, siguiendo las instrucciones facilitadas por el fabricante y el optometrista.

Algunos virus, como el COVID-19, pueden permanecer en superficies duras entre horas y días, desde donde pueden pasar a los dedos y los rostros de los usuarios de gafas.

Se recomienda dejar de utilizar las lentes de contacto en caso de enfermedad, en línea con las orientaciones facilitadas par otros tipos de dolencias.

No existen evidencias científicas de que el uso de lentes o gafas proteja frente al COVID-19 u otras transmisiones virales.
En un reciente trabajo sometido al escrutinio de la comunidad científica, publicado en Contact Lens and Anterior Eye se llama la atención sobre la forma en que los hábitos de lavado de manos podrían afectar al desarrollo de la queratitis microbiana por lentes de contacto y provocar casos de inflamación de la córnea.
Los centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU. y la Organización Mundial de la Salud recomiendan que todo el mundo se lave las manos frecuentemente para reducir su riesgo de contraer el virus. Concretamente, recomiendan a todos que:
- Se laven las manos frecuentemente con agua y jabón, al menos durante 20 segundos y especialmente cuando se ha estado en un lugar público, o tras sonarse la nariz, toser o estornudar.
- Si no se tiene a mano agua y jabón, utilice un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol. Cubra toda la superficie de sus manos y frótelas una con otra hasta que estén secas al tacto.
- Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca sin lavarse las manos.
- Utilice equipos de protección ocular personal aprobados (mascarillas sanitarias, gafas o máscaras de protección del rostro) en determinados entornos que participen en la atención a los pacientes.