No es lo mismo ver bien que tener buena visión. Generalmente identificamos el -ver bien- con tener una adecuada agudeza visual. Sin embargo, la visión se produce tras un complejo proceso neuronal en donde se encuentran implicadas multitudes de estructuraras y mecanismos aculo-musculares que, además de perseguir una adecuada discriminación, nos permiten localizar, enfocar, procesar e identificar.
En los chequeos visuales infantiles por parte del óptico-optometrista se pueden reconocer disfunciones en ciertos mecanismos y capacidades visuales diferentes, que pueden hallarse alteradas dando lugar a sintomatología de diferente índole o afectando al rendimiento o al desarrollo de ciertas actividades visuales como la convergencia, coordinación de movimientos oculares o la acomodación.
Consulta a tu óptico-optometrista y déjate aconsejar.